Una huelga de un día, seguida de una petición y una votación de huelga que dejaba en claro que los trabajadores estaban dispuestos a tomar medidas nuevamente, trajo a casa un primer contrato sólido para el nuevo UE Local 728 en el Centro Consular de Kentucky a fines de noviembre. Los trabajadores ratificaron el nuevo acuerdo el 5 de diciembre.
El presidente Biden acaparó los titulares en su primer día en el cargo al pedir primero la renuncia y luego el despido del Consejero General de la Junta Nacional de Relaciones Laborales, Peter Robb. Biden también revocó las órdenes ejecutivas de Trump que restringían los derechos de los trabajadores federales y sus sindicatos, y suspendió la implementación de una regla emitida por el Departamento de Trabajo el 7 de enero que habría facilitado a los empleadores la clasificación de estos como contratistas independientes. en lugar de empleados.
Our nation is at a crossroads. Forty years of continued assault on working-class living standards have eroded working people’s faith in government. Corporations have attacked wages and benefits, destroyed good jobs, busted unions, and devastated whole communities through plant closings. Meanwhile, politicians of both parties have pursued privatization and deregulation, doing their best to turn government from an instrument for the public good into an opportunity for private gain — for themselves and their wealthy friends.
“Este ha sido un período muy congestionado”, indicó el Director de Organización de UE, Gene Elk, a la Junta Ejecutiva General (JEG) durante su reunión de enero. “Ahora tenemos la oportunidad de organizar a cientos de trabajadores”.